jueves, 20 de agosto de 2009

Mi pequeño Eden


Todas las flores estaban marchitas.
El jardin estaba muerto al igual que todo aquel tiempo que habiamos pasado juntos, el esplendor y belleza de aquello habia quedado en el pasado, solo en la memoria.
Las lagrimas caian de mis ojos con cada paso que daba cruzando mi paraiso perdido. No veia signos de vida. Tantas horas, dias, meses e inclusive años habia pasado cuidándolo, protegiéndolo e inclusive malcriandolo si eso es posible. Cada noche lo regaba, limpiaba hasta el último pétalo de la mas infima flor y la hoja mas pequeña del lugar mas oculto y recóndito, me aseguraba que cada parte de flora y fauna de mi gloriso Eden recibiese la luz necesaria para sentirse que podía crecer a gusto... Inclusive les leía cuentos antes de irme a dormir, a veces pasaba horas en vela nada mas para que descansaran bien aunque yo tuviese que ir al trabajo al otro día. Yo oía el alma de cada ser viviente y de el conjunto de todos a la vez, por eso es que nunca estaba tranquilo a menos que supiese que ellos lo estaban; Su angustia me alteraba y no podia disfrutar de nada a menos que esta se calmase.Nadie conocia ese Jardín como yo.
Pero yo no era su dueño, nunca lo fui y no tenia el derecho a serlo.
Alguien mas llegó a cuidarlo, alguien que parecia tener mas carisma para el trabajo. Realmente yo nunca habia sabido cuanta estima le tenia hasta ese momento, la envidia, el temor, el enfado y la angustia me invadieron, yo no queria que alguien mas estuviese a cargo de algo a lo que yo tanto esfuerzo le habia puesto, y menos alguien que sentia que no lo conocia ni un centésimo de lo que yo lo hacía.
Alli fue donde comenzaron los problemas.

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